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Le pedí un par de sandalias a esta persona por 45 dólares. Cuando los compré, tenían un horrible olor químico, como el alquitrán. Los devolví, pero por supuesto, nunca escuché ni una palabra. La próxima vez, buscaré primero en Google a la persona. Al menos solo costaba 45 dólares. ¡Libro!.